Funcionarios sin acceso a Internet
Según cuenta Canarias 7 en su noticia "El Ayuntamiento prohíbe a sus empleados el acceso a Internet", desde principios de 2008 el Ayuntamiento de Gáldar ha prohibido a sus funcionarios acceder a Internet salvo a páginas concretas previamente aprobadas por la corporación.
Antes de hacer ningún comentario, déjenme aclarar que no tengo claro si esto está bien o mal, por lo menos no al 100%. En principio, parece que tiendo a estar en contra del tema, pero quizás tampoco haya que evaluar las cosas tan rápidamente. Intentaré dar algunos argumentos a favor y en contra.
En cualquier caso, lo que es evidente es que se trata de un tema que está lantente y que seguro que a más de un dirigente de empresas públicas y privadas se le ha pasado por la cabeza, pero no se ha atrevido a hacerlo por la impopularidad de la medida. En ese sentido, hay que reconocer que los rectores galdenses han sido valientes.
Vayamos por partes. La realidad es que Internet es, más allá de cualquier demagogia, una fuente de información útil para cualquier trabajador. En concreto, y para trabajadores de un ayuntamiento, se me ocurren entre otras cosas, el acceso a sentencias y a legislación, a ver qué hacen otros ayuntamientos en Internet, acceder a informes de implantación de la sociedad de la información, ver lo que se cuenta en los medios de comunicación sobre el propio ayuntamiento, lo que piensan los ciudadanos, sus necesidades, sus preferencias, etc. La lista es infinita.
Pero, por otro lado, qué duda cabe, es una fuente de distracción sin límites. A mi me suele pasar con frecuencia. Que si deja echar un vistazo a estos pasajes a ver a qué precio están. Que si vamos a ver qué cuentan de la obra de teatro que viene el fin de semana. O qué opina la gente de este restaurante o .... Y eso que tengo Internet en casa.
Es evidente que, al igual que el teléfono, la cuestión está en el uso. Supongo que si uno está en la oficina 8 horas y dedica 10-15 minutos a chorradas, el tema no es grave. Si está 6 y media y dedica 2 ó 3 a ese tipo de cuestiones la cosa cambia. La experiencia me dice que, en la práctica, es habitual encontrar gente que dedique horas y horas a navegar diariamente: que si ver el Marca todas las mañanas, que si un ratito de chateo, que si el último video de YouTube...
Claro, surgirán los que dirán aquello de que "lo importante es el rendimiento" y que "mientras que la gente rinda y haga bien su trabajo todo va bien" y todas esas cosas. Pero la realidad es que hoy en día, en plena Sociedad de la Información y el Conocimiento, cada vez es más difícil medir el rendimiento de una persona. La gente ya no apreta tornillos ni pone sellos en sobres, cosas que eran fácilmente medibles. Con la aparición de las TIC y la automatización de los procesos repetitivos, en general las labores son de más alto nivel y, por lo tanto, más complejamente medibles. ¿Cuánto se debe tardar en hacer un programa típico? ¿Cuánto se debe tardar en atender a un ciudadano? ¿Es peor trabajador el que atienda a más ciudadanos? Son cosas medibles, es cierto, pero no es nada fácil medirlas; menos aun en entornos pequeños en los cuales no hay un gran grupo de trabajadores haciendo tareas similares como para comparar.
Es evidente que, aun sin Internet, el trabajador siempre se podrá distraer hablando con el de al lado, en el pasillo, en el café, hablando por teléfono, haciendo aviones de papel. Que Internet es, para el que no quiere trabajar, una forma más de escaqueo. Y que, no cabe duda, es una forma ilimitada de escaqueo. Pero ¿muerto el perro muerta la rabia? Supongo que esta es la gran pregunta.
También es verdad que intentar poner puertas al campo es bastante complejo. ¿Abrirán las páginas de otros ayuntamientos? ¿Y las de blogspot a ver lo que cuenta la gente del municipio? ¿Y las de los periódicos? ¿Y a Google Earth? ¿Y a las bases de datos de jurisprudencia? La verdad es que el tema es complejo, complejo.
Ustedes cómo lo ven. ¿Están a favor? ¿Están en contra?
Lo dejo ya, que llevo despistado demasiado tiempo escaqueado :-).