Los SMS bajan el cociente intelectual
Ya había oido la noticia comentada por ahí, pero por fin he tenido acceso a un artículo del Times Online que la explica en detalle: según algunos sicólogos, el correo y los SMS disminuyen el cociente intelectual hasta en 10 puntos. La verdad es que la lectura es doble y para todos los gustos.
Por un lado, es genial para los tecnófobos. "Lo ven, ya lo decía yo hace tiempo, tanta tecnología no puede ser buena, tanto email, tanto móvil, al final se tenía que demostrar una cosa de este tipo". También para los que les gusta soltar este tipo de datos en las reuniones de amigos. Y también, en general, para todos aquellos a los cuales les gustan las noticias impactantes sin demasiado fundamento.
Pero, por otro, hagamos un análisis un poco más serio y riguroso. Para empezar, el análisis se hizo únicamente sobre una muestra de 80 voluntarios (escasamente representativa a efectos estadísticos) , aunque reconocen que entrevistaron a 1.100 adultos (entrevistaron, no midieron su coeficiente). Esto es típico de un amplio porcentaje de noticias médicas que aparecen en los periódicos: cojo una muestra de 5 personas, obtengo un resultado y saco un titular. Validez científica real: cero pelotero.
Pero sigamos adelante. Resulta, que, en su justificación, llegan a la conclusión de que la caida en el IQ ocurre debido a que los trabajadores están siempre pendientes de la tecnología (¡¡qué atrocidad!!) y de responder con rapidez a los correos y SMS que les llegan (¡¡qué cosa más terrible!!). Porque tienen su cerebro permanentemente preparado para responder y actuar (¡¡no, por favor!!). Y, encima, porque en casa miran el correo del trabajo (¡¡qué desastre!!).
Mis conclusiones: Creo que es hora de revisar el mecanismo que se usa para calcular el IQ e introducir en el mismo la capacidad tecnológica de las personas en un mundo cada vez más conectado y digital. Porque lo que dice el estudio, al final, es que hay una relación inversa entre el IQ tradicional y la capacidad de adaptarte a las nuevas tecnologías. Yo, al menos, lo tendré en cuenta la próxima vez que seleccione a alguien (buscaré a aquellos un poco más tontos, que son justamente los que creo que me interesarán).
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