Seguramente, en los últimos tiempos habrás oído por todos lados el término cloud computing, si cabe con mayor intensidad a partir de Octubre cuando Microsoft anunció el lanzamiento de su sistema operativo Azure. Intentado aclarar qué es eso del cloud computing y qué implicaciones puede tener para la forma en que usas la tecnología, he elaborado este post. Espero que te sirva.
Primera cuestión para aclarar. Esto del cloud computing no es más que un revival del concepto que
Sun introdujo hace ya más de dos décadas: "la red es el PC"; o dicho de otra forma, la capacidad de proceso desaparece de nuestro ordenador y existe en la red. Es decir, eso que
Nicholas Carr llamó en su momento utility computing: yo llego a un sitio en el cual recibo (con cable o sin cable), no tan sólo comunicaciones, sino también capacidad de proceso.
Es decir, imaginemos que nuestro ordenador fuera tan sólo un navegador web. Y que todo se ejecute en Internet, de forma que con este navegador accedemos a todo: las páginas que queremos ver, obviamente, pero también el proceso de textos y las hojas de cálculo (al estilo de lo que ya hace
Google Docs) y también la contabilidad de mi empresa o mi aplicación de diseño gráfico.
Al interpretar el conjunto desde esta perspectiva, se entienden perfectamente los motivimientos de Google lanzando su navegador Chrome o todo el revuelo que hay alrededor de los netbooks, ordenadores muy sencillos y económicos para, principalmente, conectarnos a Internet.
En definitiva, en el término cloud computing, la nube equivale a Internet; lo cual no deja de tener su lógica porque suele ser habitual que al explicar lo que es Internet, la pintemos como una nube; estuvo fino el que le puso el nombre.
Y el concepto es que, al final, cada vez nos importa menos dónde se procesen nuestras transacciones y ¡ojo al dato y que nadie se asuste! dónde están nuestros datos. Lo importante es que cuando yo me conecto, una vez que introduzco mi clave tengo acceso a todos mis datos: fotos, música, documentos, etc.
Es decir, que si estoy en un bar y tienen un cacharrito tipo
Microsoft Surface en la mesa en la que estoy sentado, sólo con poner mi DNI en la mesa ya podré acceder a todo lo que tengo en la red y podré escribir o modificar mis fotos. Si luego voy a casa y cojo mi netbook, sigo haciendo lo que estaba haciendo. Y luego en mi equipo de sobremesa (si sigue existiendo, obviamente), más de lo mismo. Y cuando estoy en un móvil, lo veo todo de forma distinta ya que la pantalla restringen en gran medida mis posibilidades.
En definitiva, imagínate que desaparece el bloque central de tu ordenador. Y que tu monitor, teclado y ratón se conectan a la pared, justo al lado de donde tienes el enchufe de corriente. En el monitor te aparecen una serie de casillas para identificarte, quizás teniendo que introducir una tarjeta tipo DNI para confirmar la identidad. Y, a partir de ahí, se abre un navegador en el cual empiezas a gestionar todas tus necesidades exactamente igual a como lo haces actualmente. Sólo que al irte desplazando de lugar, no tienes que llevar nada más que tu identificación.
La verdad es que es el escenario exacto que vi en las oficinas de Sun en Madrid hace 4 años aproximadamente. Cada trabajador llevaba una tarjeta colgada del cuello y se sentaba en cualquier terminal, metía su tarjeta en una ranura y empezaba a trabajar. Sacaba la tarjeta, se desplazaba a otro terminal, metía la tarjeta y donde mismo lo había dejado. La gran diferencia es que ahora está disponible para todos y en todo lugar, no sólo en una oficina.
Y si todo esto es así, ¿para que es necesario un sistema operativo, se preguntarán algunos? Bueno, el sistema operativo será el que controle todo el proceso anteriormente descrito en el lado de la nube, de la cloud. Digamos que será la plataforma sobre la cual los técnicos desarrollarán los programas que luego tú usarás, pero también será aquello que controlará a qué tienes acceso y durante cuánto tiempo lo usas para luego facturarte, en su caso, adecuadamente.
Es decir, en vez de pagar una licencia de Office (si actualmente la pagas), ahora lo que pagarás será el tiempo de uso que hagas de esa licencia, quizás también dependa del tipo y número de funciones que emplees. Lo cual hará que el propio concepto de piratería del software se vaya a ver sustancialmente modificado.
Luego está el tema de los datos. Para realmente poder ir de un sitio a otro y seguir teniendo todo lo que necesitamos, también tendríamos que poder almacenar en la red todos nuestros datos. Cosa que actualmente, al menos a un precio razonable, es complicado de hacer. Así tienen cada vez más sentido
los rumores que apuntan a que Google ofrecerá dentro de poco un disco duro de red. Si en Gmail te dan 7 Gb, en el disco duro espero que te den 15 ó 20 como mínimo. Suficiente para contener buena parte de las necesidades de datos de una persona en 2009. Luego cada vez necesitaremos más porque las fotos tendrán más megapíxeles y ocuparán más, pero ya Google nos dará más espacio de disco.
Y, por supuesto, un tema fundamental es que las comunicaciones funcionen siempre y sean de alta calidad. Que sean fiables, que podemos depender de ella. Más o menos como nos pasa hoy con la electricidad. A ese nivel hay que llegar.
Si te sigue resultando extraño el concepto o tienes miedo con el tema de los datos, piensa que probablemente tu correo electrónico lo uses en modo cloud computing. Si tienes cuenta en gmail, en yahoo, en hotmail y accedes a ella a través de un navegador desde cualquier ordenador, YA ESTÁS TRABAJANDO CON LA NUBE. Ahora lo importante es que nadie nos baje de ella.