miércoles, 17 de octubre de 2007

¡Qué distinto es el mundo virtual del real!

Estoy seguro que todos hemos tenido alguna que otra decepción al trasladarnos del plano virtual al real. Es decir, gente que crees que es de una forma por tu relación internauta con ellos que luego al conocerlos son muy distintos de lo que habías imaginado.

A mi me han pasado algunos casos con personas con las que me he relacionado por temas profesionales. En los correos intercambiados, en las participaciones en foros, por sus opiniones en sus blogs obtuve una sensación muy positiva. Al conocerlos presencialmente, cambiaba totalmente. Tenían muchas menos habilidades sociales de las que demostraban con un ordenador de por medio, su talante en el cara a cara era mucho menos permisivo.

Viene esto al hilo de un artículo de Quim Monzó en el suplemento periodístico El Magazine titulado "Dos rosas" y que ahora he visto en el ABC. La historia, real, es cuanto menos curiosa. Un hombre, cansado de su matrimonio, conoce a una mujer, también insatisfecha de su matrimonio, por Internet. Ambos se parecen maravillosos. Mantienen largos diálogos en los cuales ambos se comprenden totalmente. Simpatizan y deciden verse llevando cada uno una rosa para reconocerse. Cuando se ven cara a cara, ¡cruel ironía del destino!, resulta que son, justamente, marido y mujer en la vida real. Al final, se acaban divorciando, ya que en los intercambios electrónicos se han puesto a parir mutuamente.

Lo interesante, a mi juicio, es cómo ambos habían sido capaces de decir en Internet cosas que jamás hubieran dicho presencialmente. Como se comportaban de una forma totalmente distinta. Como tenían dos personalidades, una real, otra virtual.

1 comentario:

Pejeverde dijo...

La verdad es que tienes razón, a mi también me ha pasado alguna que otra vez.

En el caso de pareja esta mi teoría es que deberían vivir separados y seguro que les iría bien.