jueves, 18 de diciembre de 2008

Una capa de libería presencial para Amazon

Pensaba yo que Amazon era casi perfecto, que pocos defectos se le podían encontrar. Pero hete aquí que un tal Chris Thiessen consideró que a Amazon le faltaba algo muy importante: poder acceder a los libros no sólo libro a libro, o por relaciones dadas por Amazon, o buscando cosas concretas, sino también tener la posibilidad de acceder a los libros como se hace en una librería virtual. Es decir, en estanterías por temas en los cuales vemos las carátulas de cada libro.

Ni corto ni perezoso, fundó una empresa, Zoomii, para proporcionar este acceso a los libros. Lo curioso es que cuando seleccionas un libro todo sigue funcionando igual que antes, o de una forma muy parecida: ves el detalle del libro, pero si luego lo quieres comprar, lo compras en Amazon.

Realmente curioso e interesante. Desde luego, por falta de imaginación que no sea.

(Descubierto gracias a Felipe).

viernes, 12 de diciembre de 2008

Lo que nos queda por andar (sólo el 54% de las empresas tienen web)

Es de estas cosas que casi serían para darlas por superadas, pero las estadísticas nos dicen justo lo contrario. Tan sólo el 54% de las empresas españolas dispone de página web. La media europea es del 64% y en los países nórdicos, la cifra supera el 80%.

La verdad es que no encuentro justificación a este tema. Porque, además, la misma noticia indica que casi todas las empresas sí cuentan con conexión a Internet e, incluso, que la banda ancha es absoluta mayoría. Por lo que no consigo entender la cosa.

Las empresas se conectan a Internet pero no consideran que ofrecer información, aunque sea básica, sobre sí mismas, sea de interés para nadie. No se trata de hacer páginas web que permitan la compra, que es cierto que en algunos casos no tiene sentido. Pero los datos básicos de contacto, localización, horario de apertura, etc. parece que sería algo totalmente natural. Más aun en un país cuyos ingresos provienen en tal alta proporción del sector turístico.

Pues no, se ve que no. Todavía tenemos un alto porcentaje de empresarios que no lo ve. Y mira que ya hay cientos de empresas que por menos de lo que puede costar un mes de alquiler te montan la página web y te alojan durante un año.

viernes, 5 de diciembre de 2008

La semántica de la televisión

Llevamos bastante tiempo oyendo hablar en este país del más que manido apagón analógico, previsto para 2010, momento en el cual dejará de emitirse TV en formato analógico para convertirse en formato digital. Por otro lado, también hace algún tiempo oímos hablar de la web semántica, la web en la cual cada cosa tiene un significado, un formato; cada dato está correctamente clasificado para permitir un adecuado procesamiento del mismo.

En este sentido, uno de las áreas más interesantes que permite la televisión digital (la TDT) es que, al ser digital, es posible que cada programa venga acompañado de una serie de descriptores: horario, tipo de programa, sinopsis, director, actores, etc.

Y resulta sorprendente lo poco, lo poquísimo que hemos avanzado en España en este sentido. No es sólo que, tal y como comentaba hace ya algún tiempo en el post "Por qué la TDT no tiene exito", la mayoría de las retransmisiones sigan llegando con un sólo idioma y sin subtítulos o con subtítulos desincronizados con la emsión (a excepción de la cadena Cuatro, que parece ser la más respetuosa con los espectadores); o que, por ejemplo el segundo idioma varíe de nombre entre las distintas cadenas, haciendo que al cambiar de canal haya que estar ajustando el televisor para que coja el segundo idioma, si tenemos interés por ver programas en inglés, por ejemplo.

Es que, normalmente, ni siquiera está codificada correctamente esa información adicional que debería acompañar a ese programa. De forma que cuando uno programa una grabación sigue teniendo que adivinar unas horas de principio y de final; a ver quién se arriesga a grabar en función del contenido que emiten las cadenas. Seguimos teniendo que recurir al teletexto para ver el resumen o los actores de la película. Es frecuente que estemos viendo un programa pero la información codificada que envía la cadena no tenga nada que ver con lo que están emitiendo.

Se me ocurre esta reflexión al ver la noticia de TechCrunch titulada "Program your TiVo from your cell phone" en la que hacen referencia al famosisimo TiVo, un aparato que, según los que lo han usado, cambia totalmente la forma de ver la TV. Viene a ser como un DVD con disco duro avanzado, que permite justamente grabar las cosas que nos interesa usando la semántica de los datos. Luego permite ver lo grabado saltándonos los anuncios o las partes que menos nos interesan. El artículo referenciado indica que empieza a ser posible controlar los TiVos desde el móvil a través de la página web de la propia empresa.

Es curioso lo implantados que están estos cacharritos en EE.UU. y lo complejo que será que se popularicen en España si las cosas siguen por el camino que van. No es, repito, tan sólo el tema de que los programa no respeten siquiera lejanamente los horarios estipulados. Es que las cadenas no parecen dispuestas a hacer el mínimo esfuerzo de codificación de esos metadatos de cada programa.

Y la cuestión es que no se me ocurre cuál puede ser la razón de este comportamiento. Da la sensación de que gestionar estos datos debe tener un coste irrisorio con lo que puede costar la compra de un episodio o la producción de una retransmisión en directo. No debería ser muy complicado tener a una persona con 5 ó 6 modelos de televisores sintonizando las emisiones a ver cómo se ve en cada uno, qué información está viendo el cliente. Ni siquiera quiero incidir en mayor medida en el tema de los idiomas adicionales y los subtítulos no sincronizados.

En definitiva, tenemos TDT pero realmente la seguimos usando como si fuera la televisión analógica de toda la vida. No quiero ni pensar cuando empecemos a hablar de la posibilidad de aprovechar la capacidad de ser interactiva de la TDT...