jueves, 29 de enero de 2009

El tamaño sí importa (y si es de la cola, más)

Que nadie espere un post pornográfico. Algún día llegará, pero aun no. La pregunta es ¿es realmente larga la "larga cola" que anunció en su momento Chris Anderson?

La teoría, por si alguno anda despistado al respecto, era clara e incluso de una lógica aplastante. En el mundo físico tenemos importantes limitaciones de espacio que hacen que las tiendas acaben limitando seriamente el stock de productos (libros, discos, ropa) y servicios (horarios de clase, asignaturas, tipos de habitaciones) que tienen disponible. Dando, por ello, prioridad a los hits, a los que más se venden. Pero en el mundo on-line estas limitaciones desaparecen, dando lugar a la posibilidad de vender un número casi infinito de productos y servicios. Tanto porque desaparece la limitación espacial como porque al tener acceso a mercados mundiales puede llegar a ser rentable la venta de películas armenias en versión original subtituladas en hindi.

No es que todo pueda ser rentable, pero determinadas cosas sí lo llegarán a ser.

Por ejemplo, Edu lleva tiempo hablando de la influencia de la larga cola en los modelos de comercialización del sector turístico.

Hasta aquí creo que podemos estar razonablemente de acuerdo.

El problema es que el Times acaba de sacar una estadística que dice que de los 13 millones de canciones existentes on-line, de 10 millones de ellas no se vendió ni una sóla (visto en El Mundo, GadgetoBlog).

No es que sea para rasgarse las vestiduras, pero sí que es algo como para considerar y reflexionar al menos. Los comentarios que se me ocurren al respecto son los siguientes:

  • Creo que es una estadística poco representativa por el hecho de haber elegido un sector altamente contaminado como el de la música, en el cual el Emule campa a sus anchas y hay muchísima música que se descarga sin pagar, no engrosando, por tanto, la estadística. Lo importante sería ver el consumo de esas canciones de polca libanesa (como dice el canario Ángel Jiménez de Luis de Gadgetoblog). Es más difícil, pero eso es lo que permitiría ver si existe o no la larga cola.
  • Creo que también puede haber un efecto de falta de difusión de la existencia de este tipo de oferta. Dicho de otra forma. Estamos acostumbrados a tener acceso sólo a los hits. Costará un tiempo a que nos acostumbremos a pensar que realmente todo lo que queramos puede estar disponible.
  • Relacionado con lo anterior, queramos o no, es difícil que nos aficionemos a la polca libanesa si no sabemos siquiera que existe. Tendrán que buscarse formas de hacer llegar a los consumidores al menos la existencia de ese tipo de manifestaciones.
Ahora bien, independientemente de lo anterior, que lo que hace es justificar lo hallado por The Times, no deja de quedarme una duda rondando la cabeza. ¿Y si realmente el problema es que la mayoría de la población somos gregarios para todo? Que realmente no queremos ir a buscar música distinta. Que, en general, somos felices con los paquetes que nos vende la industria. No queremos hacernos una radio ni una televisión "a la carta". Queremos sintonizar cosas de las cuales beber libremente. No queremos configurarnos el paquete turístico a medida. Nos gusta ir en viajes organizados.

Supongo que los próximos años nos darán la respuesta.

miércoles, 28 de enero de 2009

Cosas del Facebook y los amigos

- Oye, ¿tú sabes quién es fulanito-de-tal? Es que lo tengo en mi Facebook, pero ni idea de quien es.
Cosas que pasan en Facebook y de la degeneración del concepto de amigo.

lunes, 26 de enero de 2009

Tarjetas de visita "a la Google"

Lo vi en Microsiervos y la verdad es que me encantó, me parece realmente original. Una tarjeta de visita imitando lo que podría ocurrir en Google si buscaras un término relacionado con tu empresa, aprovechando para darte todos los datos de contacto:

Simpático, ¿no? Seguro que con estas tarjetas llamas la atención las personas a las que se las entregues...

jueves, 22 de enero de 2009

A vueltas con las aduanas y las especificidades canarias

Ya saben de mi fijación por el tema de las lamentables aduanas canarias y de la cantidad de penurias a las que obligan a los canarios, al desconectarlos de la Sociedad de la Información en mayor medida que cualquier otra posible fuente de brecha digital.

Ayer me contaba un colega un tema interesante. Se le ha estropeado el iPhone, aun dentro del periodo de garantía. Llama al servicio técnico y le dicen que no se preocupe, que mandan a alguien a buscárselo, se lo reparan y se lo devuelven en mano. Justo hasta que les dice que vive en Canarias. En ese momento, todo cambia. Según parece, por nuestras queridas y protectoras aduanas, Apple tiene totalmente prohibido seguir ese protocolo en Canarias. Por lo que, en vez de esperar a que vengan a buscarle su iPhone estropeado, tendrá que llevarlo él al distribuidor, esperar a que se lo reparen e ir a buscarlo de nuevo y suspirar porque, en el proceso, las aduanas no pretendan cobrar alguna inusitada cantidad que luego traten de trasladarle a él. Y a ver cuánto se demora el proceso de reparación, que esa es otra.

Desde luego, ¡qué suerte vivir aquí!

miércoles, 21 de enero de 2009

Usar mejor el dinero de las campañas anti-piratería

Igual es pedir peras al olmo, pero, ¿se imaginan que pasaría si el Ministerio de Cultura (que, por cierto, es de todos los españoles, no sólo de los lobbys de poder de las industrias), en vez de gastar el dinero en inútiles campañas antipiratería lo gastara en explicar a los directivos y miembros de las industrias, los miles de teddys-bautistas que andan por ahí cómo funcionan los modelos actuales, cómo se puede ganar dinero hoy en día?

¿Se lo imaginan?

Ya lo decía John Lennon, Imagine.

P.D. 1: Tráfico hace multitud de campañas respecto a la forma de conducir. Las estadísticas demuestran que están haciendo el trabajo bien, dado que el número de muertos en carretera disminuye cada año. El hecho de que aumente la piratería, ¿debería ser interpretado como que el Ministerio de Cultura no da una a derechas?

P.D. 2: Debe estar satisfecho el Ministro de ¿Cultura?, César Antonio Molina. Creo que por primera vez en España se ha lanzado una campaña específicamente destinada a que se cese a un ministro. La campaña se denomina "Molina, pírate!" y está disponible en el enlace anterior. Lo digo porque una de las reglas del poder es que hablen de ti, aunque sea mal. Está claro que Molina debe ser de los más poderosos del lugar.

miércoles, 14 de enero de 2009

Lo difícil que es pasar del modelo offline al 2.0 para las editoriales

Siempre he sido de los que han criticado a la industria discográfica por su cortedad de miras con la que se les vino encima hace unos años y su empecinamiento en seguir vendiendo CDs con 12 canciones a 18 euros cuando el consumidor quiería canciones sueltas a menos de 1 euro. Tanto erraron que al final nos acostumbramos a descargar gratis lo que queríamos del Emule y ahora no hay forma de dar marcha atrás al proceso, por mucho lobby que hagan con todos los gobiernos posibles y por muchos cánones que nos hagan pagar e insultos que nos profieran.

Por eso mismo, y desde que vi el libro digital y la previsión de que la próxima gran industria que tendría que cambiar radicalmente en los próximos años era la editorial, me sorprendía ver lo poco proactivos que eran en dicha industria hacia lo que se les venía encima.

Por ello, me pareció interesante recibir una invitación días antes del congreso ICIS 2008 (International Conference on Information Systems) celebrado en París en diciembre una invitación, enviada a todos los participantes del congreso, de uno de los editores del área (Wiley) para acudir a un almuerzo con el objetivo de debatir los libros del área de sistemas de información y el futuro que necesitamos.

A la mesa acudimos 11 profesores de todo el mundo (6 de EEUU y 1 de Líbano, España, Chile, Costa Rica, Reino Unido) y creo que fue tremendamente interesante porque allí salieron todas las grandes tendencias que creo transformarán la industria editorial (en este caso en su vertiente académica) en los próximos años, a saber:

  • La necesidad de integrar la multimedia (audio, videos) en la docencia, convirtiendo cada lección tradicional en un compendio de materiales a utilizar a gusto del docente y a gusto del estudiante.
  • La necesidad de transformar los libros de 600 páginas en píldoras de 10-15 minutos para su consumo "a la Martini": donde estés y a la hora que estés; muy orientados a dispositivos móviles tipo iPod.
  • La posibilidad de que las editoriales actúen como punto de confluencia entre los docentes de un área, poniendo a disposición de todos una serie de herramientas 2.0 (wiki, blog) para que podamos compartir recursos.
  • La necesidad de que las editoriales nos den formas de combinar fácilmente contenidos de distintos autores, en función de quien consideremos que expresa mejor lo que deseamos explicar.
  • La necesidad de pasar del modelo 1.0 (un autor que es Dios) a un modelo 2.0 (un autor que guía un proceso en el que participan colaborativamente docentes de todo el mundo).
  • La necesidad de olvidar el concepto de materiales que se renuevan cada 2-3 años para pasar a modelos de actualización permanente, al estilo de lo que ocurre en el mundo del software libre.
Como decía, me pareció que le dimos a los editores contenido más que suficiente para pensar en la forma de reestructurar su negocio de cara a la que se les viene encima. Me pareció que la editora que convocó la reunión tomó nota de todo ello.

Pero, por otro lado, también me di cuenta de una obviedad, pero en la que no había caído: lo difícil que resulta mover un barco de 50.000 toneladas cuando tiene su rumbo fijado hace años y siempre ha navegado feliz.

Directores de editoriales, editores, autores, revisores, traductores, etc, etc. Miles de personas que viven con una serie de modelos que entienden que son adecuados y que han venido funcionando. ¿Cómo hacerles ver la que se les viene encima? ¿Cómo convencerlos de que ahora tienen que remar en otra dirección? ¿Cómo explicarles que tienen que reinventarse, que van a tener que ganar dinero de otra forma?

Imagino que a caminar se aprende andando. Pero no acabo de ver a la pobre editora a la que bombardeamos con ideas convenciendo a su vuelta a casa a todos los que tiene alrededor de la necesidad de cambiar el modelo de negocio. No me la imagino explicando a "los directivos de ayer que siguen guiando a las empresas del mañana" estos temas de la web 2.0, la necesidad de la apertura a nuevas fuentes de conocimiento, la necesidad de reinventarse.

Creo que les queda un largo y complejo camino por delante.

viernes, 9 de enero de 2009

¿Las agencias de viaje te dan más que la Red?

A mediados de diciembre me llegó, desde una agencia de viajes que usé hace algún tiempo y que desde entonces me tiene en su lista de distribución, un correo con un enlace al video "Yo te doy más", que con el paso del tiempo se ha convertido en un blog disponible en www.yotedoymas.com.

En el video, básicamente, se cuenta que si como consumidor (prosumidor = consumidor que produce, que forma parte del proceso productivo) intentas buscarte la vida para organizarte un viaje, te volverás loco en la red por la sobreabundancia de ofertas no clasificadas ni valoradas, ladrones/estafadores, conexiones que no funcionan, etc. Y que, en cambio, en las agencias te tratan a cuerpo de rey y son capaces de personalizar el producto a tus necesidades al precio más económico.

La primera visión del video me indignó y me hizo pensar en la tomadura de pelo que suponía. Incluso llegué a pensar que era una soterrada crítica irónica a las agencias de viaje. Luego, pasado el primer impulso, reflexioné y le pregunté a Edu William a ver qué pensaba. Entre otras cosas, me dirigió a un post y sus comentarios en la comunidad Hosteltur sobre el tema, en el cual había un interesante debate montado. Luego el propio Edu publicó un post en su blog mucho más detallado, al cual han respondido los propios autores de YoTeDoyMás.

Ya sé que meter a todos en el mismo paquete es un error. Que alguna agencia de viajes de calidad y orientada al cliente hay. Que a veces cuando organizo mis viajes en Internet llego a desesperarme por la cantidad de oferta (casas para alquilar, por ejemplo) que hay. Pero voy a tratar de recordar cómo era el proceso cuando iba a una agencia de viaje, hace ya muchos, muchos años (y, que conste, que de vez en cuando he tenido que pasar a menos de 100 metros de una en el último año y he visto que la cosa no ha cambiado):

  • Entraba en la agencia y había una serie de dependientes ocupados en cosas, bien atendiendo a gente, bien haciendo trámites. Ni caso al recién llegado. Jamás un saludo amable, un bienvenido, un "enseguida estoy con usted". Más bien caras de fastidio y de "otro plasta más que entra".
  • Espera variable de entre 10 y 30 minutos para que me atendieran, muchas veces de pie ya que sólo hay sillas delante de las mesas de los agentes.
  • Por fin entraba en contacto con un agente de viajes que no tenía ni idea de geografía. Que no tenía ni la más mínima idea de dónde estaban los aeropuertos cercanos a una ciudad o zona a la que quisiera ir. Que tenía un monitor con una aplicación de color azul con texto y que lo de Internet y esas cosas (para, por ejemplo, aclararse dónde exactamente estaba la ciudad de Bolzano, Italia) ni idea.
  • Me acababan dando una oferta de vuelos, hoteles y coches que yo conseguía sobre la marcha mejores y más baratos con sólo dos clicks.
  • Las posibilidades de alojamiento que me ofrecían no alcanzaban ni el 10% de lo que después había en la red.
  • Su conocimiento de los alojamientos en destinos no top-10 (es decir, que no fueran Madrid y Barcelona) era nulo. Por supuesto, no disponían de una red de contactos que les pudieran ayudar, simplemente acababan ofertándote aquello que les aparecía en pantalla.
  • Si, por algún extraño azar, se te ocurría enviarles un correo electrónico solicitando más información, no contestaban, no lo leían, te contestaban con una palabra y cosas por el estilo.
En definitiva, en los últimos tiempos utilizo agencias de viaje única y exclusivamente en dos circunstancias:
  • Necesito reservar un pasaje y mantener la reserva unos días, no comprar inmediatamente - Esto es algo que las agencias de viaje pueden hacer, pero que en Internet aun no nos permiten hacer a los consumidores (al menos no más de 24 horas), no sé por qué. En el momento que las compañías me permitan reservar con la misma flexibilidad que a las agencias, también dejaré de ir por esta razón.
  • Es un viaje de trabajo y necesito facturas tradicionales. Incluso en esto, poco a poco, las organizaciones van cambiando y aceptan los propios correos electrónicos de confirmación como prueba del gasto.
En resumen, y desde mi punto de vista de consumidor o prosumidor, Agencias de Viaje, Nunca Mais. Al menos, no hasta que...
  • El agente de viajes sea una máquina en geografía, que su mesa de trabajo sea un mapamundi.
  • El agente de viajes se maneje en Internet tanto o más que yo. Tanto en la búsqueda y compra de información como en su relación conmigo.
  • El agente de viajes esté conectado a una red de iguales que le ayuden a tener acceso a un sistema de reputación mejor que al que yo pueda acceder en abierto y anónimamente.
  • El agente de viajes sea capaz de combinar aviones, coches, barcos, elefantes, canoas y lo que sea necesario para llevarme de mi casa a mi destino de la forma más cómoda, económica y rápida.
  • El agente de viajes no me haga esperar para atenderme; o que, si me hace esperar, sea en un entorno cómodo y agradable.
  • El agente de viajes me trate como a un cliente y no como a un pesado que va a la agencia a molestar.
  • El agente de viajes no intente venderme algo de lo que hay en el catálogo que más a mano tiene.
  • El agente de viajes obtenga su comisión del vendedor del producto y no de mi (si no, siempre me será más barato ir a Internet a comprarlo).
Si alguien conoce a algún agente que cumpla con, al menos, el 50% de lo anterior, que lo diga.

P.D.: Justo muy relacionado con esto, interesante artículo en El País "El consumidor dice adiós al intermediario".

P.D.: Este post tiene bastante relación con uno que publiqué en mayo de 2008 titulado "A más venta directa, más necesidad de intermediarios". Lo que pasa es que en casi un año no he visto que las agencias hayan comenzado a caminar la senda de ordenar la oferta, más bien parece que se hayan enquistado en su modelo tradicional; cada vez empiezo a creerme menos que sean las agencias de viaje tradicionales las que se reinventen. Quizás sea más creíble que surja un nuevo modelo de agencias desde cero.

jueves, 8 de enero de 2009

Ayuda a la Wikipedia


Aunque ya han cubierto los objetivos de recaudación para garantizar su funcionamiento durante 2009, sigue abierta la posiblidad de contribuir económicamente al sostenimiento de la Wikipedia. Aquí tienes la carta de Jimmy Wales solicitando ayuda.

Yo que tú no lo dudaría, forastero. Especialmente si eres de los que, como yo, usas la Wikipedia como antes usabas un diccionario y se ha convertido en tu referencia para todo.

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