Los costes ocultos del cambio de hora
La madrugada del pasado domingo cambiamos la hora hacia el conocido como horario de verano, tal y como venimos haciendo desde hace ya más de 30 años. La teoría es que el cambio sirve para ahorrar energía y me lo puedo creer. En momentos en los cuales el cambio climático está en boca de todos, parece que estas medidas son, aun si cabe, más importantes de lo que ya lo eran.
No queriendo discutir sobre lo anterior, sí me gustaría hacer una reflexión sobre los costes ocultos de este cambio de hora. Es curioso. Es sólo una hora, con lo cual el cuerpo no debería verse demasiado afectado. Es más, según las teorías del jet-lag, se recupera una hora al día. Por lo tanto, el lunes después del cambio deberíamos estar frescos como lechugas. Incluso cuando los canarios viajamos a Madrid, y sufrimos este cambio horario tanto a la ida como a la vuelta, y por lo menos en mi experiencia, el tema no tiene mayor importancia.
Pero la realidad de lo que he visto durante esta semana (y que llevo viendo ya no pocos años) es que, no se si por autosugestión o por qué, con este cambio horario la gente se queda descolocada un mínimo de 3-4 días. Así, saliendo de casa a la hora habitual, zonas en las cuales solía haber atasco están totalmente despejadas, indicativo de que a la gente le está costando un poco más salir de la cama. Hablas con gente que suele comer a las 3, y a las 2 están muertos de hambre, desesperados por ir a comer, a pesar de que, en esta ocasión, el cambio ha sido al contrario y, realmente, en la hora anterior al cambio es la 1.
En definitiva, cada vez más me da la sensación de que al cambio horario sigue siempre una semana de disminución general de la productividad. No sé si alguien habrá medido este dato, pero sería intersante de conocer.
Pensando, pensando, se me ocurre un disparate: ¿y si, para evitar el cambio horario, lo que hiciéramos fuera hacer un cambio de media hora, de forma que nos quedaríamos entre el horario de invierno y el de verano y no volvemos a tocar el reloj más?
¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Has notado el cambio horario más de lo que sería de esperar? ¿Y a tu alrededor?
3 comentarios:
El problema no es sólo ese, sino que en éste cambio de hora en concreto, y durante toda una hora, había dos horas menos en canarias, lo que contribuyó a qué los bares estuvieran abiertos más tiempo, y la gente bebiera más, al menos en mi caso, de ahí el malestar durante toda la semana.
Si, ya se que, en realidad, no eran dos horas más de tiempo, sino una menos, pero ya se sabe, la noche me confunde.
En Casablanca no hay cambio de horario y está ahí enfrente, afectará esto a la productividad de nuestros vecinos de enfrente, ¿son más productivos? yo diría que no.Creo que el cambio horario tenia sentido cuando la crisis del petroleo de lo 70,s que fue cuando se instauró, pero hoy en día no veo la razón, de hecho he leido en varios sitios que se plantean quitarlo.
Sí, me afectó. Todavía estaba cansada este fin de semana. Maldita hora perdida.
Hola, Jacques ;)
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