miércoles, 13 de junio de 2007

Gobierno de Los Verdes y antenas de telefonía

Por aquellas cosas que tienen la época post-electoral, Los Verdes van a gobernar en el municipio grancanario de Santa Brígida tras un pacto con el PP (noticia en Canarias7). Curiosamente, gobernarán juntos concejales de un partido (Los Verdes) que habían demandado judicialmente a los de otro (PP) poco antes de las elecciones. Vivir para ver. Pero este no es un blog de análisis de la realidad política y no escribiré sobre este tema.

Sino sobre otro. Durante toda la campaña, Los Verdes basaron su campaña, entre otras cosas, en la casi eliminación total de las antenas de telefonía móvil por el supuesto efecto negativo que podrían tener. Aprovechando el tirón morboso del miedo que parece haberse instalado en la población contra estas antenas. Efectos que, cabría recordar, a fecha de hoy no han sido demostrados fehacientemente, y hay numerosas afirmaciones de organismos internacionales fuera de sospecha (la OMS entre otros) en el sentido de que, al menos por ahora, no se puede demostrar en absoluto que la exposición a una antena de telefonía pueda suponer un perjuicio para las personas (es más, el estudio lo que indica es que el mayor peligro del teléfono móvil sobre la salud es cuando lo usamos mientras conducimos).

Bien, pues ahora van a gobernar. Tengo curiosidad por saber qué va a pasar con las antenas en Santa Brígida. Ya en la presentación del acuerdo, la postura se ha matizado y se habla de crear una ordenanza para acabar con el descontrol.

Recuerdo haber hablado hace no mucho con fuentes solventes del sector de la telefonía móvil en Canarias, que me comentaban que actualmente, una de las mejores redes de España en temas de 3G se encontraba en el municipio Santa Cruz de Tenerife y una de las peores, en Las Palmas de Gran Canaria. ¿Pleito insular? ¿Desequilibrio sistemático? No, mucho más sencillo. Cuando llegaron a Santa Cruz, el Ayuntamiento permitió colocar antenas de forma razonada y ordenada, pero a buen ritmo. En Las Palmas de G.C., fue del todo imposible. De forma que todavía hay zonas de la ciudad con muy baja cobertura. Y así nos va.

¿Cuándo se darán cuenta nuestros gobernantes de que su labor no es la de dificultar el progreso poniendo trabas artificiales? Que lo que ellos deben explicarle correctamente a la población es que a más antenas, mejor para todos, tanto desde el punto de vista de los servicios como desde el punto de vista de las emisiones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mí siempre me ofrece dudas eso de que "no se ha demostrado que cause perjuicios" porque eso también implica que tampoco se ha demostrado que no los cause, y ante la duda creo que hay que elegir la desconfianza, por lo menos tratándose de salud.
No obstante creo que hace falta mucha regulación en esto de las antenas, no es posible dejar que las compañías telefónicas instalen donde les conviene a fuerza de billetes