lunes, 3 de noviembre de 2008

No aprovechamos las TIC para incrementar la productividad.

Decía el otro día un economista (del que no recuerdo su nombre, disculpen el lapsus) de visita por España que en este país la crisis iba a tener un efecto aún mayor que en otros lugares porque no habíamos sido capaces de aprovechar las TIC para incrementar la productividad.

La frase se me quedó dando vueltas en el cerebro, pues no dudo de su veracidad. Es de lo que constantemente hablamos: tenemos TIC, las usamos, pero en muchos casos incorrectamente o sin sacarles ni un pequeño porcentaje de sus posibilidades. Y, ¡ojo! no estoy refiriéndome al tema de si usamos el 5% o el 85% de las aplicaciones ofimáticas. Eso es otro tema que poco tiene que ver con éste.

Me refiero al hecho de que nos hemos limitado, en muchos casos, a informatizar procesos, sin intentar, si quiera mínimamente, pensar en si las TIC nos pueden ayudar para algo más. Si podemos racionalizar, al menos; rediseñar el proceso, mejor, dando un salto adelante; incluso, en casos extremos si queremos cambiar el paradigma (ver gráfica).




A cuenta de esto, en estos días me he quedado un par de veces en hoteles de la cadena Sol-Meliá. Y se han puesto a mi disposición un par de flagrantes ejemplos de la cuestión:

- Cada cliente tiene varias identidades que son tratadas de forma independiente. Uno es el que está dado de alta en su web, tiene tarjeta Más; un cliente al que envían ofertas, incluso personalizadas y al que, obviamente, no obligan a reintroducir sus datos cada vez que va a la web. Y otro cliente, que es el que va al hotel. Bueno, en realidad, n clientes cuando van a cada uno de los n hoteles. Dicho de otra forma, cuando vas a un hotel de Sol-Meliá, eres un desconocido. A pesar de que hayas reservado a través de la web, te piden que cumplimentes todos los datos de nuevo; incluso en algunos hoteles cometen errores en el nombre y, si vuelves por allí, te siguen localizando y tratándote erróneamente, por ejemplo, en la factura.

Fíjense la falta de productividad. Si hubieran intentado dar un mínimo paso adelante, hubieran ahorrado a los recepcionistas muchísimo tiempo en el check-in de los clientes; sólo con localizarlo en la base de datos corporativa, sería suficiente para que todo el proceso fuera automático.

- El acceso a la WiFi. Sol-Meliá ha decidido no ofertar la WiFi como un servicio gratuito. No lo comparto, pero me parece respetable. El problema es en que, cuando es así, es habitual encontrar que se te redirije automáticamente a una página en la cual pagas lo que quieras (incluso, en su caso, lo cargas a la habitación del hotel) y empiezas a navegar. En Sol-Meliá no. Aquí tienes que bajar a recepción a comprar un bono con un usuario y contraseña. Resultado: incomodidad para el cliente (como se te ocurra empezar a navegar a las 11 de la noche en la cama ni te cuento) y baja productividad, de nuevo, de los recepcionistas, que tienen que seguir participando en tareas que ya están automatizadas en todos los lugares del mundo.

- El check-out (este no es un problema exclusivo de Sol-Meliá). En muchos lugares (EEUU, por ejemplo), empieza a ser frecuente que el día que haces el check-out te dejen, a eso de las 3-4 de la mañana la factura de la habitación por debajo de la puerta, indicándote que, si estás de acuerdo, te limites a dejar la llave en unos buzones en el hall (o en la propia habitación) y que llames a un teléfono para confirmar que ya te marchas para que tengan constancia. Y que te cobrarán la suma en la tarjeta que diste a la entrada. Aquí en España (y parte de Europa) te siguen obligando a pasar por recepción por la mañana. Resultado: incomodidad para el cliente (a veces las colas son largas; muchas veces vas pillado de tiempo), pérdida de productividad para, ¿adivinan quién?, los recepcionistas, por supuesto.

Cualquiera que haya trabajado con gestión de colas, sabe que los tres ejemplos anteriores son situaciones que obligan a tener más recepcionistas de los necesarios, más colas, mayor insatisfacción del cliente. Baja productividad y mal servicio, en definitiva. Pero las TIC están ahí, a nuestro servicio, a un click de ayudarnos a revertir esta situación. ¿Por qué no las usamos?

Y luego, algunos profesores universitarios (entre los que me incluyo) nos atrevemos a decir frases del tipo de que las empresas observan a la competencia, ven cómo han usado las TIC y copian esos usos para igualar la posible desventaja competitiva. ¡Venga ya! Eso, en este país, no lo hace nadie. Incluso copiar parece que nos supone un esfuerzo excesivo.

4 comentarios:

HGC dijo...

Lamentable pero cierto, querido Jacques. Ya no se trata de innovar (de lo que todo el mundo habla mucho últimamente), si no de simplemente copiar...no sé si será el clima mediterráneo, insular, la sangre latina o qué sé yo, pero cosas tan aparentemente sencillas de aplicar se quedan ahí, abandonadas, sin que nadie les haga caso...LA CANTIDAD DE ORDENADORES QUE SE HABRÁN TIRADO A LA BASURA DESPUÉS DE 5 AÑOS DE "USO", EN LOS QUE NI SU HARDWARE NI SU SOFTWARE HAN SIDO EXPRIMIDOS LO MÁS MÍNIMO...y lo peor es que sustituyen por otros de mejores prestaciones...¿para qué?...¿para usar el Vista en vez del XP, o la última versión del Word (en la que se seguirá usando como mucho los distintos formatos de letra, sin nisiquiera aprovechar otras funcionalidades que existen desde la primera versión que salió hace más de 10 años)?...¿será que somos más conformistas?¿o que tampoco estamos tan mal como decimos y por eso no nos molestamos en cambiar (lo que conllevaría, al principio, más trabajo a igual salario)?...dejémos que la crisis se presente con toda su virulencia...a ver si espabilamos de una vez....";^)))...

Anónimo dijo...

Querido Jacques:

En el año 1632, todos creían que el sol y las estrellas giraban alrededor de la tierra. Era una certeza de la época, un axioma que no admitía discusión por obvio. Sin embargo, un tal Galileo, Pisano de nacimiento y cansino observador de profesión, nadó contra corriente para demostrar que el mundo se equivocaba, porque lo que ocurría en realidad era justo lo contrario.

Luego pasó el tiempo y llegamos a nuestros días. El axioma geocéntrico se convirtió en el axioma produmático (o aumento de la productividad a través de la informática). Todos creen ciegamente que la informática simplifica los procesos burocráticos, mejora la competitividad y añade valor a los productos y servicios.

Sin embargo, hete aquí que ha surgido un nuevo Galileo de nuestros tiempos, a saber: nuestra Consejería de Educación, Cultura, Deportes y Universidad. Allí donde todos creían en la produmática, nuestra Consejería ha demostrado que la informática puede usarse tambien para ralentizar la burocracia, entorpecer la competitividad, multiplicar los costes de gestión y restar valor a los servicios prestados.

Galileo, para demostrar sus tesis, escribió su "Diálogo sobre los dos sistemas del mundo". A la sazón, nuestra Consejería creó su "gestor.aulatic" que, entre otras cosas, provee de cursos "on-line" a sus trabajadores. Y para afirmar sus planteamientos, ha dividido la petición de un curso en los siguientes ACTOS que te cuento a continuación:

ACTO I: Se lanza una serie de cursos "on-line" para los que quieran solicitarlo. Bueno, para los que quieran solicitarlo y los que se enteren a tiempo, porque o te miras diariamente la web de la Consejería o te quedas sin nada.

ACTO II: Suponiendo que hayas superado el ACTO I, solicitas el curso que te apetezca. Para ello, te aparece un formulario virtual en el que has de declarar hasta el dinero que te regalaron en tu primera comunión, por la cantidad de datos que te solicita. Lo cual no deja de ser curioso, ya que para solicitar el curso has debido entrar previamente con tu DNI y tu clave personal.

ACTO III: Si has logrado completar con éxito el formulario (después de la ardua investigación para averiguar que la letra del DNI debía ir antes que el número), se te dice que serás informado de tu aceptación o no al curso vía correo electrónico.

ACTO IV: Por supuesto, el correo electrónico te llega el día anterior al comienzo del curso. Esto, en si mismo, no es muy problemático ya que el curso es "on-line". No es problemático en el mundo real, pero en gestor.aulatic existe, además, un ACTO V.

ACTO V: El correo de aceptación al curso te indica un enlace donde debes validar tu matrícula. Tras ese "click", eres transportado a una casilla donde debes introducir de nuevo tu DNI (y esta vez, haciendo alarde de mi picardía, pongo la letra antes que el número), y aparece un mensaje del tipo... "Bienvenido Sr. DomingoPí al curso de ...". Luego hay un botón que pone "continuar" y.... casi mejor te lo cuento en el acto VI

ACTO VI: al continuar, se descarga un formulario en PDF... ¡TOTALMENTE EN BLANCO! que, por supuesto, has de imprimir y rellenar a mano con todos los datos incluidas las perras de la primera comunión. Además, has de sellarla en tu centro de trabajo por el secretario y el Director, amén de mandarla por fax a gestor.aulatic.

ACTO VII: Ni que decir tiene que el número de fax al que hay que enviar la copia manuscrita no está por ninguna parte.

ACTO VIII: Pues todavía no lo conozco, ya que mañana empieza el curso. Pero prometo mantenerte informado.

Por cierto, no te comenté el título del tortuoso curso de marras. Es este: "Elaboración de actividades didácticas en la Web"

La verdad, estoy pensando seriamente si hacer el curso o pasar directamente a abrirme las venas.

Saludos.

jacques dijo...

Mi querido DomingoPi:

Absolutamente espectacular, como siempre tu comentario. Fascinante a la vez que hilarante.

Cada vez que te dignas a poner un comentario en mi blog me quedo con la sensación de que la relación debería ser al revés: deberías tener tú un blog y yo comentar en él. Sin duda alguna, tus aportaciones son infinitamente más divertidas que las mías.

Respecto a lo de la Consejería, en fin.

Unknown dijo...

pues entre tanto pesimismo... han comprado en Ikea ultimamente? pagas y cuando vas a recoger tu mercancía al almacén, hay una pantalla grande en la que aparece una lista con todas las compras realizadas y el estado (factura y nombre, no te pierdes), de modo que sólo cuando la tuya aparezca como "mostrador" te levantas y sin colas te la dan, mientras hay otros estados que no recuerdo.

Sorprendiome que no tuviera que hacer una cola secuencial donde daba igual si mi pedido estaba o no, en el que el atrás se tiene que esperar aunque él hubiera comprado un cenicero...Muy bien pensado!!.

eso sí, ando imprimiendo la tarjeta de embarque de binter a tamaño folio dos copias por vuelo, total 4 folios cada viaje... joder no se le ocurre a nadie hacerlo tamaño medio folio o cuartilla...coño o no imprimirla con enseñar el dni... y ahorramos en bosques y dinerillo

Salu2,
Agustín