martes, 21 de abril de 2009

Google Latitude: Pruebas, impresiones y futuro

(imagen cogida de Flickr - Tero Heino)

Hace un par de meses, Google lanzó un nuevo servicio denominado Latitude. El objeto del mismo es sencillo: poder ver en un mapa dónde están aquellas personas que han querido compartir contigo su ubicación y poder mostrar a quien tu consideres dónde te encuentras. Todo basado en el uso del teléfono móvil y con actualización permanente, de forma que puedes saber perfectamente si un colega o un familiar está de viaje, si ha salido de la oficina camino a casa, si está en casa o si está en el centro comercial de compras.

Dicho así puede parecer lo que le ha parecido a mucha gente y lo que más se ha visto en los medios de información general, que han ido a buscar el lado más escabroso: una pérdida brutal de intimidad, una invasión de los espacios privados y todas esas cosas.

Pues ni sí, ni no, sino todo lo contrario. No es una pérdida de intimidad porque Google se lo ha pensado muy bien y, en cuanto empiezas a usar la aplicación, ves que está más que preparada para que no se te escape nada: antes de usarla tienes que confirmar que la quieres usar, antes de aceptar a un amigo tienes que confirmar varias veces, en cualquier momento puedes establecer una ubicación, ficticia incluso, puedes dejar de compartir tu ubicación. En definitiva, alertas y opciones para todos los gustos.

Digamos que sí que existe una pérdida potencial de intimidad, no derivada de la propia aplicación sino del concepto. Igual que inicialmente en Facebook ponías a tus familiares y amigos-amigos, ahora tienes en Facebook hasta al colega con el que te coincidiste en el bar y comentaste el último resultado deportivo. Claro, si has puesto en Facebook fotos o información de tu vida privada, el colega del bar tendrá acceso a ello. Creo que aquí puede pasar lo mismo.

Cuando tienes un grupo pequeño de amigos, no hay problema. Pero si su uso se generaliza, será medio latoso andar habilitando y deshabilitando quien puede ver cómo cuándo y dónde, por lo que acabaremos haciendo tabla rasa comprometiendo nuestra propia privacidad. ¿Problema de Google Latitude? Obviamente, no. Problema del uso que de la herramienta hacemos.

Por lo tanto, mi opinión es que el tema de la privacidad no debería de preocuparte si tienes verdadero cuidado de con quién compartes la ubicación. Si eso es posible, claro.

Uno de los problemas de su uso en España (no sé si en toda Europa) es que una de las opciones más interesantes, la de poder usarlo desde un PC, no está disponible. Es decir, sólo pueden ver dónde estás la gente que, a su vez, tenga teléfono móvil con tarifa plana. Hay un gadget para iGoogle pero en España te dice:

Lo cual es una pena. Por estos lares las tarifas planas de acceso a Internet son aun la excepción (sólo conozco un pequeño grupo de gente que las tenga) por lo que el uso de Latitude queda bastante limitado. La opción de poder verlo desde el PC creo que dará bastante juego cuando la activen para esta zona geográfica.

Y un detalle curioso. Como decía al principio. no conozco a demasiada gente que tenga una tarifa plana para andar haciendo pruebas. Uno de los que se me ocurrio fue mi buen amigo Felipe. Y con él hemos andado jugando estos días. Imagínate mi sorpresa cuando el otro día me llamó a preguntarme que qué hacía en Brasil (él sabía que yo estaba por Canarias). Lo estuvimos viendo y no es que yo hubiera establecido una ubicación falsa para despistar (cosa que se puede hacer con Latitude), sino que simplemente fue un error del programa, creemos que debido a que mi móvil llevaba unas cuantas horas fuera de cobertura.

Anécdotas aparte, lo que creo que es cierto es que el potencial de Latitude y de las herramientas de geoposicionamiento es brutal y que en los próximos tiempos veremos desarrollos más que interesantes en este campo. En Canarias estamos en un par de iniciativas (aun en estado muy incipiente) en las que tratamos de usar estos conceptos para definir el patrón de consumo del turista. Los supermercados seguro que andarán haciendo pruebas con las etiquetas RFid para saber cuál es el recorrido de los clientes en el súper. Y supongo que en todos los sectores será imaginable una aplicación. No se trata de controlar al cliente. Se trata de saber qué hace un cliente y de qué forma es posible mejorar su experiencia u ofrecerle los productos que le pueden interesar.

2 comentarios:

Javier Padron dijo...

Una aplicación inesperada de Google Latitude: una chica consiguió recuperar su bolso gracias a tenerlo instalado y funcionando en su móvil. Le pidió a su hermana que siguiera su posición (realmente la del ladrón con su bolso), y así la policía lo localizó.

http://www.techcrunch.com/2009/04/15/when-google-latitude-stalking-isnt-such-a-bad-thing/

Los tradicionales servicios de localización (para seguridad, seguimiento de flotas, rutas de mensajería, etc) tienen ya en Google Latitude un competidor... gratuito. Aunque ahora primitivo, seguro que en unas semanas habrá más de un mash-up que ayude al uso empresarial.

rvr dijo...

Aunque no se tenga tarifa plana, no creo que un servicio así haga pobre a nadie. Transmitir la posición cada, pongamos, media hora, es una petición HTTP que se cuenta en ¿kilobytes? Otra cosa es si quieres estar atento a la posición de otras personas, estilo twitter. De hecho, programar algo similar a Google Latitude debe ser cuestión de menos de una semana de currele: Google Maps + base de datos + cliente en el móvil (en especial, es fácil con los Nokia y Python, lo que no sé es si los nokia permiten fácilmente la conexión automática a la red, generalmente solicitan confirmación por parte del usuario).