miércoles, 4 de junio de 2008

El seleccionador de baloncesto ¿cesado?. Pero ¿por qué?

Interrumpimos las emisiones habituales de este blog, dedicadas a cosas importantes como la sociedad de la Información, las TIC y la innovación para hacernos eco de una noticia aún mucho más importante (dicho de otra forma, un pedazo de off-topic que me apetece comentar; qué le vamos a hacer, uno tiene otros intereseses): la Federación Española de Baloncesto ha cesado al seleccionador nacional José Vicente "Pepu" Hernández.

La cuestión es que el cese me parece un solemne disparate. Pero lo peor de todo es que no es más que otro de los ejemplos de la ligereza con que se nombra y se cesa a los seleccionadores que representan a este país en los distintos deportes.

Veamos un poco la historia de este caso. A principios de 2006 la Federación necesitaba un seleccionador nacional que pudiera crear un equipo campeón alrededor de Pau Gasol. ¿Eligieron a un entrenador con un palmarés contrastado y con experiencia en equipos ganadores? No, para nada. Nombraron a Pepu, que hasta entonces tan sólo había ganado una Copa del Rey con Estudiantes. En definitiva, un nombramiento más que arriesgado. Pero, por cosas de la vida, por Pau Gasol y por otro grupo impresionante de jugadores y por una excelente filosofía impuesta por Pepu, la apuesta sale bien. La Federación disparó al aire sin mirar y cayó un pájaro, además, de oro: Pepu hace a España campeona del mundo en 2006 y subcampeona de Europa en 2007. No está mal. Para colmo, es simpático, comedido en sus declaraciones, poco tendente al protagonismo. En definitiva, el seleccionador perfecto.

Lo que pasaría a continuación en cualquier país civilizado: al seleccionador se le pone la alfombra roja allá donde va, el presidente de la federación le entrega las llaves de su propia casa, todos le harían reverencias. En España, no. Aquí, cuando las cosas que van bien, hay que estropearlas cuanto antes, no sea que Pepu acabe siendo más importante que el propio presidente. Solución: inventar un conflicto y resucitarlo cada par de meses hasta, por último, cesar al entrenador QUE HA LOGRADO SOBRADAMENTE LOS OBJETIVOS. Y uno se pregunta: si ganando un título y siendo subcampeón le cesan, ¿qué hubiera ocurrido si España no hubiera pasado de cuartos?

Está claro, ¿no? Lo cesan por ser bueno y dulce como Blancanieves hasta el punto de competir en belleza con la madrastra.

Miremos ahora un poco hacia atrás en la misma federación. Fíjense el histórico de entrenadores de la selección. Javier Imbroda: iba muy bien, pero cuando fichó por el Real Madrid decidieron que el cargo de seleccionador era incompatible con el de entrenador de club. Moncho López: iba muy bien, pero se fue porque no apreciaban su trabajo. Mario Pesquera, el entrenador ultradefensivo puesto a entrenar a la selección más ofensiva de la historia: resultado, fracaso absoluto.

Total: ¿qué parámetros se usan para nombrar y cesar entrenadores? ¿Su CV? ¿Su trayectoria? ¿Sus resultados? No, ninguno de ellos. Tan sólo si son o no suficientemente pelotas con el presidente de la Federación, que campa cortándole la cabeza a todo el que le mira a los ojos y que no se arrodille a su paso. ¿Y al presidente no se le ocurre irse? ¿Qué ocurrirá si España fracasa en los Juegos? ¿De quién será la culpa? ¿Del nuevo entrenador? ¿De Pepu? ¿De los jugadores?

Por cierto, que si miramos al fútbol, mejor ni contar. ¿Cuántos de los últimos entrenadores de la selección tienen un palmarés mínimamente digno y estaban en la cima de su carrera cuando fueron seleccionadores? ¿Camacho, que nunca ha ganado nada importante como entrenador? ¿Luis, cuya única Liga como entrenador data de 1977? ¿Iñaki Sáez que nunca ha ganado nada en categoría absoluta? ¿Clemente que ganó títulos 10 años antes de su llegada a la selección? ¿Vicente Miera?

Mañana volveremos a las emisiones habituales.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy interesante lo que dices. Te preguntas ¿que hubiera pasado si no alcanzara las semifinales? Pues lo que pasó con Luis después del Mundial de Alemania: renovación. Así hay a quien culpar sin mirar al presi..
HBG

Anónimo dijo...

Exacto y certero

Anónimo dijo...

Es la pura envidia que reina en este pais. Somos hijos de envidiosos y seguiremos así. No nos gusta que otro sea mejor o protagonista, yo quiero serlo y que se jodan.