Campus de Excelencia 2008. Impresiones
Entre el 22 y el 27 de junio de 2008 se celebró en Gran Canaria en Campus de Excelencia 2008. Para los que no hayan oido hablar del tema, es un evento en el cual se trata de poner en contacto a investigadores jóvenes con primeros espadas de su área de investigación (entre otros permios nóbeles, premios nacionales, etc.) para que les hagan comentarios sobre sus desarrollos y les apunten posibles líneas futuras de trabajo.
Este es el tercer año que se desarrolla la iniciativa. En 2006 y en 2007 fueron en Fuerteventura y en 2008 se ha trasladado la sede a Gran Canaria, en concreto al Hotel Costa Meloneras. Por lo que sé, espero no equivocarme demasiado, el Campus es una idea/sueño de su director, José Ramón Calvo, catedrático de la ULPGC.
Había querido ir a las dos ediciones anteriores, pero por distintas razones me había resultado imposible. Todos los comentarios que oía eran positivos, lo cual hacía que mi deseo fuera aumentando año tras año. Este año, por fin, tuve la posibilidad de disfrutar de unos días en el Campus. Mi sensación final: IMPRESIONANTE, infinitamente mejor de lo que hubiera podido esperar.
Hay veces en que la gente sueña. La mayoría, simplemente olvidamos los sueños. Pero unos pocos son capaces de llevar estos sueños a la realidad, por disparatados que puedan parecer. Entre ellos, no cabe duda, se encuentra José Ramón. No tengo ninguna duda que si me hubiera planteado la idea hace 5 ó 10 años, cuando se le hubiera ocurrido, le hubiera dicho que estaba loco. Después de disfrutar en 2008 del Campus, sólo puedo decir ¡¡felicidades, José Ramón!!. Absolutamente increible.
Cuando vas a Hong Kong te dicen que olerás el dinero en la calle; cuando llegas allí compruebas que es verdad, la economía marca el paso de la región. En el Campus, el aire huele a ideas, pero a ideas de esas que cambian el mundo, de las que dibujan un nuevo escenario. El Davos de la Ciencia, como lo definió uno de los americanos con los que tuve oportunidad de conversar.
El evento está organizado de la siguiente manera: por las mañanas, plenarios, con mesas redondas y conferencias magistrales. Por las tardes, 5 sesiones paralelas (innovación, tecnología, emprendeduría, ciencias de la vida, sostenibilidad), en las que en cada una expone un estudiante de doctorado rodeado de dos primeros espadas que hablan antes y después de él. Primeros espadas que pueden ser premios Nóbel, premios nacionales de economía o catedráticos. Otros estudiantes tienen la posibilidad de presentar un póster.
Y luego, la posibilidad de desayunar, almorzar o cenar con cualquiera de estos fantásticos participantes. A mi me pasó que desayuné con un señor muy agradable de Boston, al cual estuve explicando los temas de desalinización en Gran Canaria, que luego resultó ser, nada más y nada menos, el premio Nóbel de Física 1990, Jerome Friedman. Increible. Bendita ignorancia la mía.
En este sentido, una de las cosas que, sin duda, más me impactó fue la cercanía y disposición al diálogo y a la compartición de ideas de los premios Nóbel. Gente para nada endiosada, absolutamente cercanos, muy agradables. Imagino que también detrás de esto estará la mano de José Ramón en la cuidada elección de los ponentes, buscando a aquellos que fomenten el diálogo y la cooperación.
(continuará)
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